En 1992 Parlermo describe por primera vez la microinyección de un espermatozoide dentro de un ovocito con resultado de óvulo fecundado, desarrollo embrionario óptimo y consecución de gestación con feto vivo y sano.
Información sobre la ICSI
Desde hace unos años se emplea de forma habitual la Fecundación in Vitro con microinyección intracitoplasmática, también conocida como ICSI por sus siglas en inglés (Intra Cytoplasmic Sperm Injection). Esta técnica consiste en la inseminación de un óvulo mediante la microinyección de un espermatozoide en su interior. Los pasos previos y posteriores a la inseminación son exactamente igual que en una fecundación in vitro clásica sin ICSI, sólo cambia la técnica de inseminación. Para realizar la ICSI se precisa sólo un espermatozoide por óvulo, mientras que en una fecundación in vitro clásica sin ICSI son necesarios entre 50.000 y 100.000. Una vez fecundado, el óvulo se convierte en un preembrión y se transfiere dentro del útero para que continúe su desarrollo.
Fases de la ICSI
La técnica consta de las siguientes fases:
- Frenado, del funcionamiento ovárico.
- Estimulación del ovario para producir un número adecuado de folículos (ovocitos).
- Recogida de semen y selección de los mejores espermatozoides.
- Punción folicular bajo sedación anestésica.
- LABORATORIO: Recogida de los ovocitos del líquido folicular. Microinyección espermática de estos, visualización de fecundación a las 18 h post-inyección y cultivo embrionario 2-5 días.
- Transferencia embrionaria bajo control ecográfico.