La vitrificación de ovocitos ha abierto un nuevo camino en el campo de la reproducción humana al permitir dar respuesta y soluciones a problemas que solo hace unos años era impensable, tales como:

  • Preservar la fertilidad en pacientes con:
  • Fallo ovárico prematuro.
  • Enfermedades autoinmunes o hematológicas.
  • Exposición a agentes quimio o radioterapicos.
  • Procesos quirúrgicos que disminuyen la reserva folicular.
  • Como alternativa a la criopreservación de embriones.
  • Salvaguardar los ovocitos en ciclos que desarrollen un Síndrome de Hiperestimulación Ovárica.
  • Conservar gametos femeninos si la recogida del semen fuera imposible el día de la punción folicular.
  • En los casos de asincronía donante/ receptora.
  • Recolectar y almacenar un número adecuado de ovocitos en pacientes con baja respuesta.
  • Mujeres fértiles que precisen posponer su maternidad.
  • Posibilidad de crear bancos de gametos femeninos.

La vitrificación al ser un proceso de congelación rápida ha podido solucionar los problemas derivados de la congelación lenta de los ovocitos, emanados de su tamaño, forma, gran volumen, elevado riesgo de cristalización, despolarización del huso meiótico y una mayor dificultad para la distribución uniforme del crioprotector lo que daba lugar a una tasa baja de fertilización.

Multitud estudios han demostrado que gracias la vitrificación conseguimos una tasa óptima de supervivencia de los ovocitos humanos en MII al no resultar dañada la estructura del huso meiótico ni la organización cromosómica y no existir diferencias significativas entre ovocitos desvitrificados versus ovocitos en fresco, conservando los primeros un adecuado potencial de fertilización y desarrollo embrionario.

Itcíar García, Cristina Romero – Biólogas

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