El cáncer de mama es una de las principales causas de muerte entre las mujeres. Actualmente, cerca de 1.4 millones de mujeres son diagnosticadas cada año con esta enfermedad. Estas cifras son alarmantes.
El diagnóstico temprano es fundamental y uno de los factores más importantes para que la mujer tenga una larga supervivencia a la enfermedad.
Poder detectarlo en sus estadios precoces y/o cuando el tamaño es inferior a 2 cm es la principal meta.
La mejor prueba para diagnosticar el cáncer de mama de manera precoz es mediante la mamografía. La resonancia magnética y la ecografía de mama son otros exámenes.
Algunos países recomiendan la mamografía anual a partir de los 40; otros a los 45-50 años y controles periódicos cada dos años.
En mujeres con historia familiar de cáncer de mama u ovario se recomiendan pruebas genéticas.
