No fue hasta el Renacimiento cuando se prestó atención al dolor en el parto, a la anatomía pélvica o a la mortalidad. En la sesión Historia del Parto, celebrada en la Real Academia Nacional de Medicina en Madrid, cuenta con una exposición donde se muestran reproducciones anatómicas, libros, instrumental quirúrgico y material antropológico.

Según el comisario de la exposición “la mortalidad femenina en los partos fue altísima hasta el siglo XIX. Tanto, que había rachas en que se consideraba a la infección puerperal como una epidemia y morían hasta el 80 por ciento de las parturientas”. Ya en el siglo XIX el obstetra húngaro Ignác Fülöp Semmelweis llegó a la conclusión de que la causa radicaba en el “material pútrido que los estudiantes traían de las disecciones. Así empezó la teoría, muy criticada, de que era necesario lavarse las manos antes de explorar a la mujer”. Semmelweis inició el uso de los conceptos de asepsia y antisepsia, y consiguió reducir la mortalidad, el primer hito de la Obstetricia.

El segundo hito lo protagonizó Alexander Fleming, con el antibiótico y la cesárea. “la práctica de las cesáreas con un riesgo muy bajo llevó a que la vida del feto cobrara importancia y se pasara a hablar de medicina perinatal”. Según el Comisario, los retos del futuro en medicina perinatal son reducir la prematuridad y la morbilidad fetal.

La cesárea convierte a los humanos en la única especie de mamíferos que experimenta un parto quirúrgico y no solitario. La evolución ha supuesto un conflicto cérvico-pélvico-cefálico. La locomoción bípeda favorece unas caderas estrechas y el parto es más fácil cuanto más anchas sean las caderas. La locomoción no puede ser todo lo eficiente que podría ser, pero hace posible el nacimiento del individuo con un cerebro muy grande.

El parto humano es doloroso, sin embargo, la anestesia epidural ha supuesto una revolución, desplazando a otras técnicas anestésicas farmacológicas e inhaladoras. Tiene muchas ventajas y pocas complicaciones o contraindicaciones; además, la epidural no afecta negativamente a los fetos, lo que sí ocurría con las técnicas previas.

Fuente: Diario Médico.