Un grupo de investigadores de la Universidad de Yohohama (Japón) criopreservó con éxito el tejido testicular de ratones recién nacidos, logrando que los tejidos mostraran más espermatogénesis que los no criopreservados.
La microinseminación posterior se realizó directamente en el óvulo inmaduro. La descendencia creció sana y logró reproducirse.
Sin duda es un gran avance para preservar la fertilidad, pero se requerirán más ensayos antes de realizarse en seres humanos, pero que de llegar a lograrse se ayudaría a muchos pacientes con cáncer.