Los miomas son las tumoraciones benignas más frecuentes en la mujer y que se presenta en una cada 5 mujeres en edades fértiles.
Hasta hace menos de cinco años, siempre el tratamiento era quirúrgico, bien mediante cirugía abierta, laparoscopia o histeroscopia, si los miomas cumplían los criterios de operabilidad, basados en el tamaño, superior a 6 cms., aparición de hemorragias vaginales o dolor.
El avance de las técnicas radiológicas intervencionista aportó la posibilidad de embolizar las arterias que nutrían los miomas subserosos mediante la cateterización de la arteria femoral, iliaca común e iliaca interna y finalmente llegar a la arteria uterina.
Previa selección de los casos más adecuados, se publicó en la revista New England la primera serie de casos que permitían la conservación del útero sin dejar cicatriz y preservando la fertilidad. En el 10% de los casos no se conseguía el fin esperado.
Otra de las técnicas mínimamente invasiva es la aplicación de Ultrasonidos Focalizado de Alta Intensidad (HIFU) que permite su utilización en úteros gestantes, habiendo sido documentado 54 casos en el mundo con bebés nacidos a término y con adecuado crecimiento fetal.